«Hay gestos cotidianos que nos ayudan a descubrir en profundidad quienes somos realmente. Un abrazo, un beso, una mano en el hombro, una mirada serena... Son gestos que nos recuerdan que somos seres básicamente amados. De acuerdo que hay momentos donde esto no es tan evidente pero, con todo, hoy más que nunca es urgente entrenar la sensibilidad que nos permita rastrear esos gestos, que en tantas ocasiones se nos escapan, como el agua entre los dedos.
Sin duda este es el lenguaje de Dios, no el de las palabras, sino el de los gestos que dan contenido a tantas palabras ya desgastadas. Gestos que condensan esa realidad básica y primera, la de ser amados, a la que todo ser humano aspira en su interior, y a la vez, de la que tantos se sienten privados.
Hoy, como ayer, somos llamados a reproducir esos mil gestos de amor, que ayuden a nuestros semejantes a experimentar el abrazo de Dios. Gestos que nos alienten en nuestros cansancios y que alivien las heridas de cada día. Es la mejor forma de expresar, sin decir palabra alguna: "Tú también eres amad@ en el Señor Jesús", y así, despertar una nueva conciencia de sí mismo, más digno, más libre, más querido, más humano, sentirse herman@...» Natxo Morso
http://www.pastoralsj.org/index.php?option=com_flexicontent&view=items&cid=5:clave-dios&id=1036:abrazos-de-vida&Itemid=9
No hay comentarios:
Publicar un comentario